Que
nadie se equivoque: Mandela era, además de negro, rojo, comunista,
culto, internacionalista, africano, hombre libre en una cárcel levantada por
blancos, implacable con los enemigos del pueblo, enamorado de la revolución. No
hagáis de Madiba un icono vacío de la resignación. No era el Tío Tom: era
Malcon X, Lumumba, un pantera negra. Se ha ido con el Che, con Allende, con
Chávez, con Ho Chi Min, con Biko y con esos millones de hombres y mujeres
anónimas que se reflejan en cada una de esas peleas contra cualquier imperio,
contra cualquier opresor.
Quieren construir un Mandela de Walt Disney, un icono
hueco, un reconciliador sin memoria ni rabia. Construyó la reconciliación
porque primero ganó la victoria. Con razones y con la fuerza. Estados Unidos lo
llamó terrorista. También la derecha española. Los que ahora lo presentan como
un referente suyo. Fidel Castro fue uno de sus principales apoyos
internacionales.
No os equivoquéis: miramos a Mandela cuando decimos que el
miedo tiene que cambiar de bando. Para que vosotros, los que encarcelásteis a
Mandela y ahora lo celebráis, perdais la impunidad de vuestra indecencia. La
decencia de Mandela fue siempre la decencia de quien no tuvo nunca miedo. La
represión en Europa, la violencia contra las protestas, la ley Fernández de la
patada en la boca que quiere aprobar el PP van a encarcelar a gente que lucha
por la democracia. Como hizo el gobierno blanco y de derechas de Sudáfrica con
Madiba. Vosotros tapáis su ejemplo. Nosotros nos alimentamos de él. Vosotros os
despedís de Mandela con miedo. Nosotros le saludamos con esperanza.
Que la tierra te sea leve Mandela.
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