l CNA es una organización terrorista…quien piense que
va a gobernar Sudáfrica vive una fantasía Margaret Thatcher, 1987
Escribía Lenin a propósito de Marx en las primeras líneas de una de sus mejores
obras, El Estado y la Revolución, unas palabras que perfectamente
pueden ser atribuibles a la figura de Nelson Mandela, fallecido anoche. Lenin
advierte cómo en vida de los grandes revolucionarios, las clases
opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la
rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de
mentiras y calumnias. Pero de la misma manera, esos mismos que
hicieron todo lo posible por denostar e impedir en vida la labor
revolucionaria, una vez muertos, se intenta convertirlos en iconos
inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta
aureola de gloria para “consolar” y engañar a las clases oprimidas, castrando
el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario,
envileciéndola.
Con la muerte de Mandela cualquiera puede reivindicar su lucha vaciándola
previamente de su historia y de su contenido, entendiendo que su figura se
puede desvincular de sus actos y de su trayectoria. Para qué tomar chocolate
con cacao o café con cafeína, cuando puedes quedarte con el envoltorio y
aparentar ser un demócrata. Así entonces, observamos cómo la vergüenza puede no
tener límites y la cara siempre puede ser más dura de lo que imaginamos.
No han tardado desde los sectores del Partido Popular en llorar su muerte y
alabar su lucha por los Derechos Humanos, así en abstracto, poco importa cuáles
eran las posiciones políticas conservadoras por aquel entonces, la de sus
referentes teóricos o políticos cuando realmente había que definir una postura
clara. Las muestras de dolor por parte de la derecha no
se quedan simplemente en meros actos protocolarios, toman tonalidades
verdaderamente desagradables y despreciables cuando directamente hacen de
Mandela un velado referente a lo que ellos son hoy día. La presidenta de Nuevas
Generaciones de Madrid, Ana Isabel Pérez,
homenajea a Mandela con una foto suya donde se puede leer, que el
futuro de una nación es tan prometedor como la próxima generación de
ciudadanos. La frase no está escogida al azar, nos da entender que
ellos forman parte de esa generación de ciudadanos y que en cierta manera
representan el futuro de la nación.
Un Tweet más abajo aparece en una foto con Carromero gratificando su valía.
Seguramente Mandela cuando pronunciaba esa frase estaba pensando en gente como
Carromero, todo un ejemplo de las nuevas generaciones. Son capaces de reconocer
la lucha por los DDHH siempre y cuando queden lejos y no tenga que reconocerlos
ellos aquí, en tal caso, para cientos de miles en las cunetas solo les ofrecen
desprecio.
Según cuenta el periodista @jordiborras, esta
misma mañana Alicia Sánchez Camacho en un mitin con motivo de la celebración
del día de la Constitución ha homenajeado a Mandela porque su lucha por
la unidad de Sudáfrica. Al final va a parecer que Mandela en lugar de subvertir
el anquilosado pensamiento conservador que equipara en todo momento lo legal a
lo legítimo, pensamiento incapaz de concebir la desobediencia, se convierte en
un defensor de la legalidad por encima de las necesidades democráticas de la
población. ¿Saldrá Albert Rivera a reivindicar su memoria y su lucha cuando
defiende que los sin papeles no tienen derecho a la sanidad pública y con tal
de no decirlo claramente se refiere a ellos como si fueran turistas? Ahora está
de moda tomar frases sueltas de personajes ilustres para defender objetivos
muchas veces contrarios a lo que defendían, o para que una empresa motive la
explotación laboral. Quizás se olvidan de que Mandela levantaba el puño y que
Fidel Castro siempre fue un gran amigo suyo.
Otro periodista, @AntonioMaestre,
contesta a la Delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes, que no tiene
muchos motivos para honrar a Nelson Mandela. Ella misma pedía regular el
derecho a manifestación, pero ahora dedica unas palabras a un luchador por la
libertad. Maestre le recuerda que a Mandela le aplicaron ley de sabotajes para
meterle en la cárcel, una ley que penalizaba la protesta sin pasar por los
jueces. El cinismo supera al ridículo cuando se lo propone, en nosotros está
combatirlo con dignidad, porque los que mueren por la vida no pueden
llamarse muertos.
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